viernes, 11 de abril de 2008

“LA CONFESIÓN DEL GITANO”

Pare vengo a confesarme,
Hijo ¿a confesarte?,
Si pare a eso vengo a ver si quie oste escucharme y de gratis perdonarme los pecaillos que tengo, que tengo unos como borriquillos y otros como borricotes, y otros mas grandecillos como mulos de grandotes, y tengo algunas cosillas que no las puedo aguantar porque me jasen cosquillas que en esto del afanal Perenales se quedó en mantillas. Eso es cierto pare se lo juro.
Al confesionario iremos,
No que allí está muy oscuro, este sitio es mas seguro que aquí las caras nos vemos.
Arrodillate.
Tampoco, que esa es muy mala postura, aquí de pie señor cura.
Algún Angel te ha inspirado a que busques confesión, ve y acércate a mi lado, cuéntame en lo que has pecado que Dios te dará el perdón, ¿tu sabes rezar?
Nayca
Pos pa confesar por el rezo hay que empezar
Ya le he dicho que no rezo porque en mi vida he herrado si hay que rezar no confieso y me llevo mis pecados que no me hacen ningún peso.
Hombre no seas así, no te impacientes ten calma que yo rezaré por ti, para conseguir así la salvación de tu alma.
Pare si es que no me fío de decirle la verdad, bueno ya voy a confesar pero después mucho ojo no vaya a desembuchar mis rezos que si lo cojo ni Cristo lo va a salvar, que yo vi un cura en un prao y después de confesarme no se atrevió a perdonarme y lo enterré en un sembrao usando las mañas mías y sin pecar de ignorancia me hice en muy pocos días hombre de gran importancia, tratando en caballerías, yo salí una mañana cuando el día estaba rompiendo y me encontré a mi gitana que se estaba divirtiendo, era un gache que vestía lo mismo que viste usted, con el que se divertía y al verme entrar ¡mare mía!, me guiñé encima el chipe ella comenzó a gritar y yo porque no gritara la largue una bofetá, que algo mas de la mitad se le calló de la cara a los gritos infernales que soltaba el amor mio, acudieron los quirbales a recoger los quijares que todavía no han paecio. Aquello fué mas sonao que las campanas en Toledo, y quedé recomendao pa bailar las sevillanas con una gorrita en un tablao.
Robé un borrico en Lucena, una jaquilla en Carmona, una muleta en Purchena, dos mulas en Estepona y un caballo en Trebujena. A un perro el collar quité que parecía de plata, cuando al venderlo llegué y vi que era de ojalata, busqué al perro y lo maté. Entré a una iglesia a rezar y en un rincón me escondí y cuando me quise marchar se vino de tras de mi to lo que había en el altar, a la Virgen le pedí los pendientes y un anillo, ella me dijo que si y los cuartos del cepillo yo también los recogí.
Pare ya me voy a marchar, que se conserve usted bueno, si otra vez vuelvo a pecar cuando tenga el saco lleno volveré aquí a confesar .
Pare que se me olvidaba un recuerdo claro esta quiero que me de dos duros pa que me pueda alejar.
Tómalos y vete ya.
Valgame que tonto he sido, he hecho una barbaridad si mas le fuera pedio lo mismico me lo da.
Adios hijo y buena suerte y que te conserves bien que Dios quiera protegerte y que yo no vuelva a verte por nunca jamás. AMEN.

Antonio Fernández Sánchez. Puebla de don Fadrique

2 comentarios:

maribel dijo...

a Antonio Fernández Sánchez. Soy una malagueña de 55 años. mi madre me recitaba la confesion del gitano. Tengo en la memoria algunos párrafos que usted no tieneaqui, pero aun no la tengo completa. ¡como me gustaria que nos pusieramos en contacto para completarla entre los dos!: maribel retuerta
latineando53@hotmail.com

usuarias dijo...

Hola Maribel, soy la hija de Antonio, esque estuvo dando unas clases de informatica en un centro guadalinfo, y estuvieron escribiendo cosas antiguas de las que recordaban, se lo diré, próximamente comenzaran otro taller y los meteré en el blog para que sigan escribiendo, me ha dado mucha alegria ver este comentario. Un saludo.